El binge drinking se ha convertido en un modelo de consumo de alcohol cada vez más extendido entre la población española. Este consiste en la ingesta de elevadas cantidades de alcohol en cortos periodos de tiempo, con el objetivo de emborracharse lo antes posible . Esta manera de consumo puede producir peores consecuencias biopsicosociales que las ya vinculadas al mero consumo de alcohol o sustancias en general, ya no solo aumentando la frecuencia de estas sino también su gravedad. Estas consecuencias pueden consistir desde meras resacas a violentas peleas, accidentes de tráfico o abusos sexuales; y más a largo plazo, problemas digestivos, vasculares y neurológicos graves (Miller at al., 2007). Según los últimos datos de la Encuesta sobre alcohol y drogas en España (EDADES), en 2017 un 15,1% de la población española habría practicado binge drinking en los últimos 30 días, lo que nos da una idea de la extensión de esta práctica en el país. No obstante, más preocupante que est...
Las drogas de diseño son sustancias sintetizadas en laboratorios a partir de sustancias químicas con el fin de producir efectos similares o más potentes que las drogas clásicas. Generalmente se tratan de compuestos de anfetaminas a los que se le añade un componente alucinógeno (Lacruz y Gil, 2009). La más conocida es la 3,4-metilenodioximetanfetamina ( MDMA ), comúnmente llamada éxtasis (Colado, 2008). Se administra en forma de pastilla y se metaboliza en el hígado. Sus efectos aparecen entre 20-60 minutos después de la toma de la dosis y se mantienen durante 3-5 horas (Colado, 2008). Las drogas de diseño provocan taquicardias, arritmias, hipertensión, sequedad en la boca, bruxismo, sudoración, temblores y aumento de la temperatura corporal . Pueden llevar a hemorragias, infartos cerebrales o insuficientes hepáticas (Lacruz y Gil, 2009). Sus efectos psicológicos son aumento de sociabilidad, empatía, euforia, sensación de mayor autoestima, desinhibición, confusión...